Directa y precisa en sus opiniones, con el aval de más de treinta años de dedicación, la madurez creativa de Concha Díaz del Río ha permitido crear una firma de joyería que ella misma definir como "atemporal y elegante".
Estamos ante un proyecto largamente acariciado: desde pequeña, su pasión fue diseñar, sobre todo joyas. Ya entonces, sus piezas tenían éxito, y quizás por lo tanto, lo que se convirtió en una pasión juvenil, realmente podría convertirse en algo más tangible y profesional.
Acherón y Uno de 50 fueron sus primeros proyectos, las empresas de joyería que fundó y trascendieron en la competitiva industria española. Tras ello construyó un proyecto muchísimo más personal: CXC. Igualmente urbano y original, con toques industriales e incluso sutilmente ligados al mundo de la práctica y el hipódromo, el yate y la marina, o los herrajes de un pasado industrial. Hay algo de ferretería, pero interpretado a lo grande, siguiendo los cánones de la joyería. Que, por otra parte, siempre ha sido una de sus señas de identidad. Piezas de diseño para el día a día, concebidas por artistas y artesanos que aportan su visión creativa e innovadora a pulseras, anillos y collares.